En este mes de Abril, el Tintero de Oro, nos sumerge en las profundidades de lo desconocido, haciendo un homenaje con nuestros relatos a la escritora Isabel Allende y su libro "La Casa de los Espíritus". Os dejo en este enlace las bases de concurso Tintero de Oro. Animate a participar tienes 3 opciones elige la que más te guste. Yo voy a participar con un relato que sucedió siendo una niña, espero que os guste. Agradezco vuestra visita, vuestra lectura y comentarios.
SESIÓN DE ESPIRITISMO
Cuando tenía unos 9 años, me invitó una amiga a su casa junto a otras amigas a participar en una sesión de espiritismo. Mi curiosidad en ese sentido me llevaba a sentir una atracción profunda por la posibilidad de conectar con algún espíritu del más allá. Nos reunimos alrededor de la mesa, cada una tomó asiento mientras la anfitriona preparaba meticulosamente el vaso de cristal, colocándolo boca abajo. Sobre la mesa, reposaban papeles blancos, cada uno marcado con una letra del alfabeto dispuestas dibujando una circunferencia, junto con otros dos que simplemente indicaban "Sí" o "No". Todas estábamos listas, expectantes ante lo desconocido. Solo restaba crear el ambiente propicio para la experiencia sobrenatural. Las luces las apagó mi amiga, colocando dos velas blancas en cada lado de la mesa, arrojando sombras inquietantes sobre el entorno. En ese momento, el aire pareció cargarse de una energía inexplicable y la tensión se hizo palpable entre nosotras.
Mi amiga inició la sesión con una serie de preguntas, pero conforme avanzaba la noche, la atmósfera se volvió más densa, como si algo estuviera acechando en la oscuridad, observándonos desde las sombras. De repente, el vaso comenzó a moverse con una intensidad perturbadora, como si una fuerza invisible lo guiara. Los latidos de mi corazón se aceleraron y un escalofrío recorrió mi espina dorsal, haciendo que mi piel se erizara. Entonces, en un instante fugaz, una ráfaga de viento gélido barrió la habitación y las velas se apagaron bruscamente, sumiéndonos en la oscuridad más absoluta.
En ese silencio sepulcral, una voz susurró palabras ininteligibles, dejando una sensación de misterio y sobrecogimiento que me acompañó mucho después de que la sesión hubiera terminado. Recuerdo que esa noche me costó conciliar el sueño. Desde ese instante nunca jamás volví a realizar semejante reunión. Pero confieso que me atrae mucho estos temas, desconocidos, donde es posible encontrar alguna respuesta sobre qué pasará después de la muerte sigue resultando una gran incógnita.
Han pasado los años desde aquella inquietante experiencia de espiritismo en la casa de mi amiga. Aunque nunca me he atrevido a participar en otra sesión, la fascinación por lo desconocido sigue latente en mi mente. La idea de conectar con el más allá, de explorar los límites entre lo tangible y lo espiritual, sigue intrigándome como lo hizo aquella noche en la que el vaso se movió sin explicación aparente.
He dedicado horas enteras a investigar sobre fenómenos paranormales, leyendo libros y explorando sitios web en busca de respuestas. Sin embargo, cuanto más investigo, más preguntas surgen en mi mente. ¿Qué hay más allá de nuestra comprensión? ¿Es posible realmente comunicarse con los espíritus de los fallecidos? Son interrogantes que me persiguen, alimentando mi curiosidad y avivando mi imaginación.
A veces, cuando estoy sola en casa, me encuentro mirando fijamente al vacío, preguntándome si hay alguien más allá, observándome desde el otro lado. La idea de que los seres queridos que han partido puedan estar cerca, cuidando de nosotros en silencio, me reconforta.
Sin embargo, también soy consciente de los peligros que pueden surgir al adentrarse en el mundo de lo desconocido. Las historias de personas que han experimentado fenómenos paranormales perturbadores me hacen reflexionar sobre los límites de nuestra comprensión y la fragilidad de nuestra existencia.
A pesar de todo, no puedo evitar sentir una atracción irresistible por lo sobrenatural. La idea de que existan fuerzas más allá de nuestra comprensión, esperando ser descubiertas, me llena de emoción y temor al mismo tiempo. ¿Quién sabe qué secretos nos esperan en los rincones más oscuros del universo?
En última instancia, creo que la búsqueda de respuestas sobre lo que nos espera después de la muerte es una parte fundamental de la experiencia humana. Aunque nunca lleguemos a comprender completamente los misterios del más allá, la exploración de lo desconocido nos permite expandir nuestros horizontes y enriquecer nuestras vidas de formas que nunca habríamos imaginado.
Así que mientras siga existiendo la posibilidad de descubrir nuevos conocimientos y desafiar los límites de nuestra comprensión, seguiré alimentando mi curiosidad por lo paranormal y explorando los misterios del universo con una mente abierta. Porque al final del día, lo desconocido es solo otra aventura más esperando ser explorada.
© 2024 Rosana Martí ®
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